El error más frecuente en la Transformación hacia la agilidad
“Las empresas estratégicamente ágiles se deshacen activamente de las cargas de estructuras, sistemas y culturas heredadas.
Posiciónate en el futuro y descubre cómo llegar, independientemente de lo que te ha traído hasta aquí”.
- Arthur Yeung y Dave Ulrich (Reinventando la Organización).
Elegí el párrafo anterior para iniciar este blog porque he visto lo que importante que es honrar el pasado en las empresas pero que éste no sea un anclaje que impida la innovación, es decir, todo lo que nos ha traído aquí como empresa, no nos va a garantizar seguir con los mismos resultados en mercados que están en constante evolución.
Honrar el pasado no se trata de mantener tradiciones, se trata de agradecer lo logrado con esas tradicionales y que ese agradecimiento nos permita innovar para continuar vigentes.
Para innovar la manera de trabajar, la agilidad nos trajo hace más de 22 años una propuesta: enfoquémonos en el corto plazo para llegar más pronto al time-to-market y así alcanzar objetivos a largo plazo, ya que entre más pronto lleguemos sabremos si lo que hicimos satisface al cliente o no y que esa respuesta sea nuestro principal criterio de decisión: dar valor al usuario, cliente final o consumidor lo más pronto POSIBLE.
“Posible”, la palabra que comúnmente se nos olvida y donde he visto que radica el error más frecuente en el que me enfocaré en este blog.
Iniciar la transformación hacia la agilidad con propósito pero sin gestión consciente
La Gestión consciente implica:
La aceptación de las prácticas ineficientes que se han normalizado con el tiempo.
El conocimiento sobre la capacidad real de los equipos para producir con calidad.
Lo que es necesario dejar de hacer o hacer menos.
Entender que ya no se va a trabajar igual, se necesita soltar prácticas y hacer cambios profundos.
Como seres humanos, lo superficial nos atrae y distrae con mucha facilidad, por ello es importante cuidar que los pasos que se van siguiendo en una transformación sean claros y que toquen profundidad.
¿Cuáles elecciones superficiales se suelen tomar?
Elegir Scrum sin evaluar otras opciones. Scrum sigue siendo el marco más usado y es una buena opción pero no es la única opción. Elegir algo basados en popularidad puede ser una decisión desde la superficie y no desde lo profundo.
Elegir cualquier marco de trabajo sin entender antes lo que implica la agilidad. No se trata de llevar a cabo algo distinto desde la acción, implica entender qué conocimiento, formas de liderazgo y procesos ya no son útiles para la transformación y cuando no se entiende lo que implica la agilidad, lo más común es que la resistencia silenciosa haga que se disfrace el cambio.
Cambiar nombres de roles sin cambiar formas de trabajo. Por supuesto que es más fácil cambiar el nombre de un rol o de un puesto qué dejar de hacer prácticas que nos han acompañado por mucho tiempo. La agilidad nos trajo varios roles nuevos pero cambiar el nombre al puesto no nos hace ágiles.
Capacitarse sin dar lugar a nuevos conocimientos para que florezcan. La inversión en el conocimiento es para mí, una de las mejores inversiones. Hay una frase de Bertrand Russell que tengo en mi escritorio que dice “Estamos en el mundo para ampliar el conocimiento y para ampliar el amor”, así que cada que invertimos en nuestro propio conocimiento, en transmitir conocimiento a los demás y en crear nuevos conocimientos, creamos valor. Pero saber sobre algo y no hacerlo, es similar a no saber. Por lo que no basta invertir en capacitación si no hacemos lugar en nuestro día a día y en nuestros procesos para que esos conocimientos rindan frutos.
Conclusión
Si quieres despertar la consciencia ágil, inicia por conocer las bases de la agilidad aunque ya tengas conocimientos de algunos marcos de trabajo, te recomiendo alinear eso con las esencias de la agilidad para que fortalezcas tus estrategias.
Y si quieres que te ayude con eso, te espero en el Curso de Introducción a la agilidad.