El cambio incómodo que pocos se atreven a hacer, pero casi todos necesitan

Por Vanessa Amaya

Estamos en una era en la que el liderazgo parece estar bajo una lupa constante, una lupa que presiona más que antes porque todo cambia a una velocidad a la que todavía no nos acostumbramos: la tecnología, los mercados, las expectativas de los clientes y consumidores, sin dejar a un lado, las expectativas de los colaboradores.

Sí, hay mucha presión y debido a ella, muchos líderes eligen pensar que lo que tienen hoy dentro de las opciones que da la agilidad empresarial podría no ser suficiente. Pero, la realidad es distinta: el mindset de la agilidad empresarial si es suficiente y en este blog te explicaré por qué y te daré recomendaciones para aprovecharla.


La agilidad empresarial es un punto de partida, una puerta que abre caminos y conecta con otras formas de pensar. El reto no está en buscar algo más sofisticado o más nuevo, con frecuencia la solución está en aprovechar a fondo lo que ya tenemos en nuestro alcance.

Entre los desafíos que más nos apremian hoy como líderes, hay dos que resaltan:

  • Mantener un ritmo sostenible de innovación.

  • Mejorar la comunicación interna solucionando los problemas graves que el abuso de la comunicación digital y el multitasking nos han dejado.


El reto de innovar: más allá de la tecnología.

¡Es maravillosamente abrumante el potencial que tenemos ahora para innovar! Entre las plataformas digitales, la globalización del conocimiento y la inteligencia artificial, las oportunidades que se abren son enormes, pero a la vez, si algo ha aprendido es que la vida es con frecuencia una ironía y una paradoja. En este caso lo que veo es que mantener un ritmo de innovación real y sostenible a pesar de todas las oportunidades que hay, sigue siendo un obstáculo en la mayoría de las empresas.

Cuando pensamos en innovar, nos imaginamos aplicaciones disruptivas mágicas, robots, procesos automatizados por doquier. Y claro que todo lo anteriormente mencionado tiene su valor, pero dejamos a un lado un campo igual de transformador: innovar en el propio liderazgo.

Un estilo de liderazgo no es solo un “modo de dirigir”; es un habilitador o un freno para la innovación. Un equipo puede tener la mejor tecnología del mundo, pero si carece de confianza, espacios para experimentar, claridad en objetivos y propósito, difícilmente innovará. Por eso, innovar en liderazgo implica abrir conversaciones nuevas, cuestionar las prácticas de siempre y atrevernos a liderar de formas distintas: más colaborativas, más humanas y sobre todo, más enfocadas en liberar talento en lugar de controlarlo.

Comunicación: nunca ha sido simple, pero logramos hacerlo mucho más complejo.

El segundo gran desafío parece simple y obvio: la comunicación interna. ¿Cómo es posible que algo tan básico se haya convertido en una de las principales barreras en todas las organizaciones?

La respuesta no debería de ser ninguna sorpresa: somos seres complejos, nuestra comunicación es compleja porque no es nítida ni estandarizable. Tenemos sesgos y vemos el mundo de acuerdo a nuestra interpretación, así que ninguna sorpresa de por qué no es fácil. Pero logramos hacerlo aún más complejo gracias a lo que hemos normalizado en nuestra vida cotidiana. Vivimos en multitarea permanente, brincamos constantemente entre un mensaje y otros, entre una notificación a otra, entre una sala de videoconferencia a otra. Este ritmo nos ha hecho normalizar algo peor: LA FALTA DE ATENCIÓN.

Creemos que estar ocupados es sinónimo garantizado de aportar valor, aunque en realidad estamos invirtiendo más tiempo alimentando confusiones y malos entendidos que realmente logrando buenos resultados.

¡El costo de no poner atención es enorme! Si pudiéramos cuantificar el costo de cada vez que pensamos o decimos “Perdón, no me fijé”, “Me distraje”, “No pude poner atención”, “Yo puedo hacer más de una cosa al mismo tiempo”, creo que nos tomaríamos más en serio el auto-gestionarnos para poner atención en cada momento.

Pero de todas maneras, sabemos que el costo es grande porque se refleja en proyectos retrasados, rotación de personal, ausentismo, relaciones deterioradas (laborales y personales) y pérdida de confianza.

Entonces, comunicar en tiempos actuales requiere valentía. Valentía para saber detenernos, valentía para escuchar verdades y decir verdades, valentía para preguntar desde la curiosidad, pero sobre todo, valentía para tener conversaciones incómodas necesarias. No porque una conversación inicie incómoda, termina incómoda.

Innovar en liderazgo implica también, resignificar y rescatar lo humano de la comunicación, darle un lugar central y no buscar sostenerla con un intercambio superficial de mensajes.

Conclusión: hacia un liderazgo que se atreve a innovar

La innovación no está solo en los productos ni en la tecnología, también esta en la manera en que lideramos. Esto sucede porque el liderazgo es factor que puede multiplicar o restar a la capacidad del equipo.

Quiero con este blog invitarte de todo corazón a abrirte a nuevos campos de conocimiento, muchos de los cuáles están conectados con la agilidad empresarial pero son poco explorados aún.

Te comparto una lista de temas que considero claves para marcar la diferencia en el camino de un liderazgo renovado:

Pensamiento crítico en tiempos de inteligencia artificial para desarrollar la capacidad de cuestionar, analizar y discernir desde el criterio humano consciente.

Sesgos cognitivos y su afectación en la toma de decisiones para reconocer y desafiar lo que distorsiona nuestra percepción.

Inteligencia emocional en entornos empresariales y Neurociencia del liderazgo para comprender cómo funciona nuestro cerebro en entornos de presión.

Liderazgo inclusivo y diverso para aprovechar la diversidad de género, generación, creencias y disciplinas como ventaja competitiva.

Diseño de experiencias de colaboración y economía del comportamiento para crear dinámicas de trabajo que promuevan la confianza, la cooperación y motivación intrínseca para potenciar resultados colectivos.

Narrativas y Storytelling como herramienta para influir de manera positiva en la comunicación.

Mindfulness empresarial para cultivar la atención plena en la toma de decisiones, manejo de estrés y aumento del enfoque en entornos de incertidumbre y alta presión.

Sistemas adaptativos complejos para aprender a liderar en contextos inciertos.

Desaprendizaje y aprendizaje continuo que permita reinventar el liderazgo con la rapidez necesaria en contextos de cambio acelerado.

Gestión de ego para aprender a ponerse al servicio del propósito colectivo, liberando la humildad, la escucha y la capacidad de inspirar sin necesidad de controlar.

Creo con toda mi alma que el liderazgo necesita construirse con más consciencia y menos ocupación. No se trata de acumular tareas y normalizar la sobrecarga, sino de cultivar habilidades humanas que potencien la innovación y la comunicación.

La verdadera innovación comienza cuando el líder se atreve a cambiarse a sí mismo.


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