por Vanessa Amaya

Uno de los puntos principales cuando estamos migrando la cultura organizacional es la preparación para lo desconocido. Cuando no nos preparamos para manejar la incertidumbre, la tendencia natural hará que disfracemos lo conocido como si fuera un cambio pero en esencia sigamos igual.

Para prepararnos para lo desconocido, lo primero es reconocer el terreno actual: muchos equipos y empresas comienzan el viaje hacia el cambio pero sin verdadera consciencia de su situación actual. No tienen claridad sobre las esencias que les provocan los problemas frecuentes, no están conscientes las creencias de las personas con relación a valor, a resultado y a error por lo que no saben por qué es necesario cambiar, tampoco tienen claridad sobre qué podría pasar si no cambian.

A lo anterior se une la intolerancia a la incertidumbre, siendo ésta ya la nueva forma de vida ya que con cada vez menor frecuencia tenemos control de lo que puede suceder ya que estamos en era de transformación. Casi todo el tiempo estamos viviendo situaciones en las que no disponemos de toda la información o la información que tenemos es imperfecta, y ahora, con eso tenemos que funcionar, hacer un mapa de lo que sí tenemos y caminar hacia lo desconocido donde poco a poco iremos recopilando más información.

Primero parecemos y luego somos.

En todo cambio hay una etapa transitoria donde parecemos algo sin serlo aún. Piensa por ejemplo cuando queremos comenzar a llevar una vida fitness: para considerar que ya somos fitness tendrían que convertirse en hábitos todas las buenas intenciones y sobre todo, mostrar ser sostenibles con el paso del tiempo porque todos podemos inscribirnos en enero al gimnasio, comprarnos ropa deportiva y subir nuestras “selfies” ante el espejo con la emoción de los primeros días, pero si no llegamos a diciembre con esas nuevas costumbres y solo fue algo impulsivo de unos días, semanas o meses, no se da.

La cuestión es que al principio no sabemos si eso que parece que queremos ser, realmente terminamos siéndolo, esa respuesta solo la tiene el tiempo. 

Con frecuencia he escuchado a personas que critican a empresas que “parecen ágiles” y que comienzan a hacer sus cambios, comienzan con actividades disruptivas pero aún prevalecen muchos comportamientos “anti-ágiles”. Creo que este fenómeno es natural pero debería de ser un periodo transitorio para dejar paso al cambio en comportamientos, criterios de decisión y formas de colaboración.

Ahora bien, si esta etapa de “parecer pero no ser” dura mucho tiempo (más de 6 meses para empresas medianas y más de un año para empresas grandes) algo en la estrategia para migrar la cultura no se está haciendo de manera correcta.

Transformación parcial y total.

En empresas pequeñas la transformación total lleva menos tiempo por la cantidad de personas que se suman al cambio. La cuestión se alarga en tiempo para las empresas medianas y grandes.

Sobre este tiempo, he escuchado a muchos desilusionados porque las empresas grandes (corporativos financieros enormes) que iniciaron su transformación hace más de 7 años aún no terminan de transformarse. Detengámonos a analizar que estas empresas están en varios países por lo que al tiempo se le suma el reto de la convivencia y cambio no solo de una cultura sino de muchas, también que el número de personas, áreas y ubicaciones geográficas le agrega dificultad al cambio.

Lo importante de estas grandes transformaciones es ser capaces de ver cambios en la forma en la que crean productos y servicios, esto por consecuencia del cambio en la forma de colaborar de sus talentos.

Conclusiones:

• Alimentemos creencias desde las acciones, no sólo las palabras. Esto ayuda a realmente irnos al comportamiento de fondo y no al parecer de forma.

• Estemos conscientes que viviremos una transición con incomodidad porque así son los cambios, lo nuevo aunque sea mejor al inicio va a ser incómodo, pero es una etapa transitoria.

• Incluyamos la tolerancia al error y a la tolerancia a la incertidumbre dentro de nuestras estrategias, preparaciones, mensajes y comportamientos.

“El secreto del cambio es enfocar toda tu energía, no en la lucha contra lo viejo sino en la construcción de lo nuevo” Sócrates.